La falta de cultura financiera en México hace posible que “empresas” que prometen otorgamiento de créditos exprés, que no están autorizadas ni reguladas, prosperen cometiendo fraudes a un sector vulnerable de la población.
Los canales para brindar una educación financiera básica están disponibles, si cuentas con un dispositivo móvil y conexión a internet, es fácil tener acceso a guías, glosarios y material adicional que otorgue un panorama general sobre las finanzas personales. Profeco y Condusef, instituciones defensoras de los derechos del consumidor y de usuarios de servicios financieros, se han ocupado por informar a la población, en la materia que a cada una le compete.
Desafortunadamente, existe un sector de la población que no aprovecha la información disponible para su beneficio, al ignorar sus derechos y las obligaciones de las empresas formales dedicadas al ahorro y préstamo, lo que los convierte en presa fácil. Los canales a través de los cuales, estas pseudo empresas, promueven el otorgamiento de préstamos inmediatos, sin aval ni consulta de buró de crédito, es mediante volantes, anuncios en periódicos y de forma más sofisticada por internet; con la condición de cobrar un porcentaje, por adelantado, del monto del préstamo que supuestamente recibirá la víctima.
La realidad es que tan sólo 1 de cada 3 personas comparan y consideran otras opciones, antes de embarcarse en un compromiso de tal naturaleza. Así, el usuario resulta defraudado, entonces éste busca apoyo de alguna instancia, erróneamente acude a la Profeco, que nada puede hacer pues la naturaleza de estas quejas no son de su jurisprundencia; en su defecto acuden a la Condusef para levantar su queja sin darse cuenta que ha sido víctima de una “empresa” que no existe y, que al no estar autorizada ni regulada, no puede ser sujeta de sanción alguna, pues quedan fuera del ámbito jurídico de la institución reguladora.
Es importante recordar que la instancia para cualquier queja relacionada con la contratación de un producto o servicio financiero es la Condusef. No obstante, ésta última mantiene un convenio de intercambio de información con la Profeco con la finalidad de evitar este tipo de fraudes.
La recomendación para evitar caer en este tipo de fraudes, es indagar sobre la reputación de la empresa que ofrece el crédito, cerciorarse que esté registrada ante la Condusef y autorizada para el otorgamiento de créditos por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
