Ante las recientes amenzas de elevar la tarifa arancelaria hasta en un 35 por ciento para las unidades de BMV Serie 3 que se producirán en San Luis Potosí, el Ministro de Economía Sigmar Gabriel, ha declarado que esto originaría un “mal despertar” para las Industria automotriz americana, puesto que son dependientes de una cadena de suministro trasatlántica.
“Creo que la mayor planta se encuentra en Estados Unidos… la industria automotriz americana tendría un duro despertar, si todos los suministros que no se fabrican en Estados Unidos, de pronto presentan un impuesto del 35 por ciento; esto debilitaría su industria, la empeoraría y la haría más costosa. Yo esperaría a ver que dice el Congreso al respecto, mismo que está lleno de personas que quieren lo opuesto a Trump.”
Mientras que Trump se pronunció a favor de equilibrar el intercambio comercial automotriz entre su país y Alemania, indicando que “si observas la Quinta Avenida, todos tienen un Mercedez Benz, ¿cuántos Chevrolet ves en Alemania? Quizás ninguno…”; el ministro alemán respondió: “Hagan mejores carros”.
La coerción que Trump pretende sobre BMW, no rendirá sus frutos, el portavoz de la firma declaró a la agencia AFP que BMW continuará el proyecto de la planta de San Luis Potosí, tal como se tiene planeado, pues “la producción de su modelo Serie 3 en dichas instalaciones, es para cubrir la demanda del mercado global, no sólo la de Estados Unidos.”
Las amenazas de Trump vinieron acompañadas de una dura crítica a la gestión, del actual canciller alemán Angela Merkel, cuestionando los alcances de su política migratoria y su desempeño dentro de la Unión Europea.
La política comercial nacionalista de Trump puede funcionar con México un país que, debido a una falta de liderazgo y negociación, es dependiente de la economía americana; no obstante, intentar esta estrategia con naciones como Alemania o Japón puede resultar contraproducente.
