El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea se prepara para contener el embate de Trump sobre la desregulación al sector Bancario y Bursátil de Estados Unidos. La semana pasada el Presidente de Estados Unidos firmó un decreto ordenando la revisión por parte del Congreso de las leyes Dodd-Frank, una serie de medidas promulgadas en 2010 por la administración de Barack Obama, para aumentar los controles en las reservas de capital y pruebas de estrés ante posibles escenarios que les cause aumentar el capital, lo anterior se aplica, al menos, en toda América Latina, Europa y AsÃa.
Tal y como lo habÃa prometido, pocos dÃas después de su elección, Trump empezó a tomar medidas para desregular la economÃa estadounidense, algo que le reclamaba Wall Street, y que sin duda les dará gusto; el mercado depredador lo que menos requiere son lÃmites, mismos que son base para la gestión de Riesgos.
Esas leyes, son muy criticadas por los republicanos y el sector financiero, ya que hacen más cara la auto regulación de los Bancos y restan capital que puede ser usado para invertir en el mercado financiero. La intención de Trump de flexibilizar la regulación impuesta a los bancos desde 2008 preocupa a las principales economÃas y mercados internacionales, que temen que el sector vuelva a las malas prácticas previas a la crisis financiera mundial.
La Asociación de Banqueros Estadounidenses (ABA), tomo con alegrÃa un posible cambio de polÃtica que deberÃa "permitir liberar el poder de la industria bancaria". Algunos temen ahora que la decisión de Donald Trump, aunque se limita a Estados Unidos, pueda crear un movimiento global a favor de la desregulación, de ahà la gran preocupación del Comité de Basilea, que tendrá que poner en marcha reuniones y grupos de trabajo especiales a nivel mundial para evitar que se viralice la desregulación bancaria, se exponga el capital de los Bancos y aumente el riesgo de las economÃas y los clientes.
El Comité de Basilea, que reúne a autoridades de supervisión bancaria de varios paÃses, están actualmente analizando las normas de regulación bancaria, impuestas tras la crisis de la hipotecas subprime en Estados Unidos, que provocó a su vez la quiebra de Lehman Brothers y desató un terremoto financiero global.
Para que las negociaciones de Basilea tengan éxito se necesita un consenso entre las partes, en particular entre Europa y Estados Unidos, para que después se aplique al resto de las naciones. Uno de los principales puntos de fricción es el método para calcular el riesgo para cada banco y en consecuencia la cantidad de fondos propios que debe reservar cada entidad para hacer frente a una posible quiebra, sin duda vienen grandes retos para la gestión de riesgos bancarios.