Desconexión entre el mundo universitario y el mercado laboral, tendencia en LATAM
- Mónica González
- 6 oct 2016
- 3 Min. de lectura
Las mejores universidades en Latinoamérica centran sus esfuerzos en realizar trabajos de Investigación que no generan un impacto significativo y presentan un bajo porcentaje de valor agregado a sus economías. Así lo muestran las estadísticas que arroja el World University Ranking 2016-2017, cuya metodología para evaluar el desempeño de las instituciones educativas privilegia un porcentaje elevado asignado por el volumen de trabajos de investigación publicados, mientras que asigna un valor mucho menor al impacto y aporte a la industria que éstos generan.

En el estudio conducido por The Times Higher Education participaron 27 universidades de Brasil, 10 de Chile, 7 de México, 3 de Colombia y 1 institución de Argentina. La metodología para asignar el posicionamiento en el ranking considera 5 aspectos, enseñanza, internacionalidad, aporte a la industria, volumen de publicaciones de Investigación y su impacto medible en Citas o menciones.
Es de llamar la atención que hay una desconexión entre el volumen de investigaciones realizadas por las instituciones educativas y su impacto en la industria. Si bien es cierto que, el fomento y desarrollo de trabajos de investigación es importante, lo es aún más el valor agregado que éstos generan, de esta forma se puede tener una evaluación real y significativa del aporte de las Instituciones educativas en la formación de los estudiantes y su preparación para incorporarse a la vida laboral.
Lo anterior se puede ilustrar con el caso de Brasil que arrasó en el ranking para Latinoamérica, obteniendo el primer lugar y 5 posiciones más dentro del top 10, con una puntuación promedio alta en Investigación, destaca la Universidad de Sao Paulo con score de 99.8 puntos, en contraste el total de sus instituciones educativas obtuvieron un score promedio de 31.18 puntos en aporte a la industria. A excepción de la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro con un puntaje sobresaliente de 100 puntos.
Por su parte, las Universidades de México mostraron un puntaje bajo en promedio en Investigación, de tan sólo 6.7 puntos, pero con un score promedio de 45.04 puntos en aporte a la industria. En este rubro destaca el Tecnológico de Monterrey con calificación de 99.5 puntos.
Mientras las universidades centran sus esfuerzos en trabajos de investigación, la triste realidad es que, de acuerdo con cifras de la OECD, Argentina, México y Chile, son las economías con menor porcentaje del PIB destinado a Investigación y Desarrollo por compañías, institutos, universidades y laboratorios gubernamentales, muy por debajo del promedio de los países miembros, tan sólo el 0.61, 0.53 y 0.37 por ciento, tendencia que se ha mantenido sin cambios por más de una década. En contraste, economías como Korea y Japón destinan el 4.3 y 3.6 por ciento respectivamente.
Es bien sabida la problemática que los egresados de las Universidades experimentan cuando solicitan empleo y éstos no cumplen con el perfil o la experiencia requerida. Un factor que juega un papel determinante es privilegiar una planta docente 100 por ciento de claustro que, si bien es cierto, cubre la formación académica con metodologías y conocimientos teóricos, se requiere incorporar más docentes de medio tiempo que aporten experiencia al estar inmersos en la práctica laboral, así como fomentar jornadas de innovación, cursos, seminarios y talleres impartidos por expertos con una trayectoria importante en la realidad del mundo empresarial e industrial.
Las Universidades tienen mucho trabajo por hacer para diseñar la estrategia que conecte el esfuerzo realizado en Enseñanza e Investigación con la realidad de la práctica laboral en los diferentes sectores de la economía. Es imperativo que la planta docente, que carece de experiencia laboral, reciba capacitación especializada que complemente los conocimientos teóricos con la realidad de la práctica, de esta forma la comunidad estudiantil se verá beneficiada.
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