Los impuestos de Trump y su impacto en México
- Julián Fernández
- 17 feb 2017
- 3 Min. de lectura
Más allá de la renegociación o sustitución del TLCAN por un acuerdo bilateral, y de la construcción de un muro fronterizo, es probable que dentro de unos días se revele un agresivo plan de reforma fiscal de gran envergadura que podría poner en jaque a la economía mexicana.

El ex-Presidente de Goldman Sachs, Gary Cohn ha sido designado por el Presidente Donald Trump para liderar el esfuerzo para elaborar el plan para reformar los impuestos que se revelará dentro de unos días. Hasta ahora se han filtrado algunos de los temas centrales de esta propuesta.
El cual trabajará en lo propuesto en campaña por Trump, para reducir al 15 por ciento la tasa de impuesto sobre la renta de las empresas, y bajar la tasa máxima del impuesto a los individuos al 25 por ciento, imponer un arancel del 45 por ciento a las importaciones de China, 35 por ciento a las de México y del 25 por ciento a las del resto del mundo, con los países en donde Estados Unidos tiene un déficit comercial. Y del lado del gasto, realizará un incremento sustancial en obras de infraestructura y reforzar el gasto militar, lo que en conjunto implica elevar el déficit fiscal y por lo tanto la deuda pública.
Por otro lado, sigue en la mesa la propuesta del líder republicano Paul Ryan de impulsar el impuesto denominado “ajuste fronterizo” para las importaciones en un 20 por ciento, y la propuesta de eximir de impuestos a las exportaciones. El “ajuste fronterizo” tiene una gran oposición de las empresas y de un amplio número de legisladores de ambos partidos, dado que este impuesto lo terminarían pagando los consumidores americanos y provocaría una apreciación del dólar contra diversas divisas para compensarlo en el comercio.
No hay que descartar la intención de gravar la salida de capitales, o de imponer un impuesto a las transferencias de remesas, lo que luce muy complicado de aplicar en la práctica, pudiendo evadirse fácilmente mediante el mercado negro.
En la ley actual, las empresas americanas que mantienen sus utilidades en el exterior, no están obligadas a pagar impuestos hasta que las transfieran a Estados Unidos. Se estima que las empresas americanas mantienen $2.6 billones de dólares en el exterior, por lo que se está diseñando un mecanismo que incentive a las empresas a transferir sus utilidades al país. Una especie de descuento por repatriación de capitales a las empresas. De tener éxito, este incentivo podría significar una fuerte recaudación para no disparar la deuda y el déficit fiscal.
También se había hablado de incrementar los impuestos al consumo para compensar la caída en la recaudación de los impuestos sobre ingresos, pero, por ahora no se ha hablado nada al respecto.
De aprobarse esta reforma impositiva, aún sin el arancel del “ajuste fronterizo”, el impacto en México podría ser devastador. La tasa efectiva del impuesto sobre ingresos en nuestro país supera el 50 por ciento, con una definición de la base gravable muy superior a la de Estados Unidos; Aún con nuestra ventaja en el costo de la mano de obra, la falta de incentivos fiscales podría generar una retracción de la inversión extranjera directa, una transferencia de utilidades acumuladas inmediata, y muy probablemente un menor atractivo para mantener operaciones en México.
Es evidente que tenemos que hacer rápidamente una verdadera reforma fiscal integral, siendo nuestros principales problemas la vulnerabilidad fiscal y el Estado de Derecho. Y lo peor de todo es que en tiempos pre-electorales no se ven las condiciones para que el Congreso mexicano esté dispuesto a aumentar los impuestos al consumo, para poder bajar los impuestos a los ingresos; lo que impactará directamente en la calificación soberana.
Si no actuamos a tiempo, tendremos una caída en la recaudación, derivada de una menor inversión extranjera en México.

Lic. Mtro. Julián Fernández es Analista Bursátil y Asesor en Estrategia de Inversión en México.
twitter: @julian_ferdez
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